En un ISA no hay interés. Dado que solo se comparten los ingresos, la obligación de realizar pagos se detiene cuando los ingresos caen por debajo del umbral mínimo. Durante este período de aplazamiento, no hay interés compuesto, por lo que es posible, pero no esperado, que los pagos totales sean menores que el monto original financiado. Esto significa que los ISA nunca empeoran la situación cuando alguien enfrenta dificultades financieras, lo que las convierte en una alternativa socialmente responsable a los préstamos.